Este principio ser refiere a que uno no es Scout durante las reuniones y acampadas, sino que debe interiorizar qué es ser Scout y practicarlo en cada uno de los círculos en los que se mueva.
2. El Scout es solidario con su comunidad.
Este principio hace referencia al espíritu de servicio hacia la sociedad que debe regir los actos del Scout en su búsqueda de un mundo mejor. Un primer paso es el descubrimiento: no se ama lo que no se conoce. Para conocer es preciso comenzar a experimentar por lo más cercano (la propia ciudad o barrio) y pasar después a comunidades más amplias incluyendo sus valores y rasgos de identificación que como personas necesitamos.
3. El Scout está orgulloso de sus creencias y las pone en práctica.
3. El Scout está orgulloso de sus creencias y las pone en práctica.
Este principio no se refiere a creencias religiosas, sino a la escala de valores individual que conforma nuestra personalidad. Ello supone coherencia con las propias convicciones, creencias personales de carácter ético o espiritual y continua búsqueda de si mismo en este sentido. La fe no es para el Scout que la profesa algo escondido en uno o una misma sino que tiene una dimensión comunitaria: es compartir la fe viviéndola en comunidad.
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